Caralvá
Los jóvenes tienen la mayor exposición al peligro por las bandas delincuenciales que usan métodos de coacción y amenaza en sus diversas expresiones perversas, estos grupos incluyen redes de facinerosos con distintas especialidades, su grado de organización es complejo con una subcultura de drogas, armas y jerarquías violentas, que tiene por objetivo la vida fácil. Estas asociaciones ilegales se extienden en la nación, porque la sociedad no tiene defensas para sus acciones de organización, es notorio el retrazo de nuestro modelo social que no responde con agilidad y prontitud ante este problema, parece que el ciudadano honrado esta en absoluta desprotección ante este flagelo.
La justicia y la policía no responden a la demanda popular de seguridad, mientras los delincuentes han avanzado en poder de fuego y acciones de violencia espeluznantes.
Un elemento crucial es el componente masivo de la pobreza estructural, el abandono de miles de seres humanos que construyen desde su miseria un ejército de marginados, que influye en agudizar este círculo vicioso. En este campo de abandono, los grupos ilegales muy cercanos al narcotráfico encuentran el terreno fértil para el engaño de los jóvenes, su promesa de engaño: la vida fácil, armas y drogas.
A los anteriores criterios se une la crisis económica que ha enviado al desempleo a miles de ciudadanos, lo cual parece que pueden provocar estallidos sociales en cualquier momento.
Pero organismos internacionales como la UNESCO han propuesto modelos de mucho éxito para combatir estos fenómenos sociales.
Una herramienta que comentamos tiempo atrás, es el re-descubrimiento del barrio, en nuestro caso los cantones. El fenómeno de la violencia de estas bandas organizadas, tiene zonas territoriales en los barrios, colonias pobres o áreas poblacionales de poca cobertura estatal, donde es visible esa herencia de los malos manejos públicos. Si observamos los dolorosos acontecimientos de los últimos tiempos, la geografía nos proporciona sitios recurrentes, zonas de alta peligrosidad que no respeta a nadie, áreas donde ciudadanos han desaparecido sin dejar huella.
La UNESCO propone: el desarrollo económico y cultural a partir de estos centros nucleares, lo cual denominó: Proyecto Cultura en el barrio, su objetivo era: "La promoción de las actividades culturales realizadas por y para los habitantes del barrio sobre temas directamente relacionados con sus vidas con objeto de aproximar a unos y a otros y de reforzar su sentimiento de pertenencia a un lugar de vida y a una entidad social."
El objetivo estratégico de los proyectos de seguridad y prevención de violencia, debe ser el barrio, los cantones esas zonas que durante muchos años nos han llevado a negar al “otro”, ese ciudadano que excluido y marginado vive en esa subcultura de agresión permanente, lo cual debe cambiar y pronto.
El énfasis de la prevención de la violencia juvenil, debe orientar nuestro esfuerzo nacional hacia una política de justicia dentro del sistema democrático, el cual no esperará mucho tiempo, por esta razón la nueva administración debe actuar junto a todas las fuerzas sociales legales sin pérdida de tiempo.
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